La adicción al Fortnite es un tema muy polémico hoy en día. Se ha comparado su nivel de adicción con el de la heroína.

Desde la salida de su modo «Battle Royale» en Septiembre de 2017, se ha convertido en el videojuego más jugado en todo el mundo, valorado nada más y nada menos que en 8.000 millones de dólares.

Sus partidas frenéticas y la posibilidad de que cada partida sea diferente, han hecho que cuente con más de 250 millones de jugadores. Fortnite ha traspasado muchas veces las pantallas, como en las celebraciones de los goles de Griezmann. En otras ocasiones también ha hecho grandes eventos en el juego, como la aparición del famoso dj Marshmellow dando un concierto en «Parque Placentero» o la aparición de Tanos, el famoso personaje de Marvel.

¿Por qué triunfa Fortnite?

Es un juego gratuito denominado Free To Play, en el que por mucho que pague un jugador no podrá obtener ventaja sobre los demás.

Cuenta con la posibilidad de jugar desde cualquier plataforma, ya que está disponible en ordenador, en PlayStation, Xbox, Android e Ios.

Otra gran ventaja de este juego es que la posibilidad del jugar en multiplataforma. A pesar de que juegues en ordenador u otra plataforma, podrás jugar con tus amigos de PlayStation 4 o Xbox One.

En este juego 100 jugadores saltan desde un autobús a una isla gigante y van buscando armas para matar a los enemigos hasta que solo quede uno.

Es un juego con una dinámica fácil en la que la mayor diferencia a sus competidores es la posibilidad de construir.

El motivo por el que atrae tanto a los más jóvenes es que sus gráficos son de dibujos animados y los personajes no sangran, por lo que no está considerado como un juego para mayores.

¿Donde está el problema?

Es un grave problema porque les roba su bienestar e invade su capacidad para trabajar y formar relaciones sociales en la vida real.

La clave de esa atracción fatal está en unos diseños muy sofisticados que conocen muy bien la psicología que lleva a la conducta compulsiva o adictiva

«Saben cómo hacerlos irresistibles activando las mismas regiones cerebrales del placer, como cuando un niño se come un helado», afirma un experto.

El problema está en que a muchas personas les roba bienestar y hace que bajen el rendimiento en el trabajo o la escuela.

Estos videojuegos ofrecen cada vez potencias más potentes, que nos sumergen por completo en la partida y que fomentan la repetición.

La obsesión por este juego cuenta con mayor repercusión entre los más jóvenes, ya que se alega que está provocando déficit escolar y en las relaciones sociales y familiares.

Ante la repercusión de los efectos que están provocando los videojuegos actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se plantea reconocer la adicción a los videojuegos como un trastorno mental de conducta o del neurodesarrollo.

«La DMS5 (Libro de Asociación Estadounidense de Psiquiatría) incluyó la adicción entre los trastornos adictivos no relacionados con sustancias en 2013». Está considerada una adicción comportamental, al igual que la adicción al porno, al sexo o a las apuestas.

Hay que tratar este tipo de adicción mediante una terapia individual con un profesional. Es necesaria la presencia de un psicólogo para superar, como otros, este grave problema.